El volante es responsable de transferir la potencia del motor al embrague, lo que permite cambios de marcha suaves. Está directamente relacionado con el conjunto del embrague y otros controles de la transmisión. Al reemplazar el volante, es recomendable inspeccionar el disco de embrague, el plato de presión y el cojinete de desembrague para detectar desgaste, ya que estos componentes trabajan en estrecha colaboración.
Es posible que necesite reemplazar el volante si nota problemas como engranajes que patinan, vibraciones inusuales o dificultad para cambiar de marcha, lo que puede provocar problemas de rendimiento.

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